Catalunya dedica 18 millones para mantener el cetro del esquí

Contiene la respiración antes de responder. Reflexiona un instante. Y confiesa: «Nos conformaríamos con que esta temporada acabe siendo tan buena como la pasada», dice finalmente. Con más de 40 años metido en esto del esquí, Xavier Nolla las ha visto de todos los colores. Recuerda, por ejemplo, los tiempos de bonanza, como el invierno 2002-2003, en que Catalunya, en pleno auge económico, batió un récord histórico de esquiadores (2,4 millones), gracias a los metros y metros de nieve que se acumularon en las montañas. No olvida tampoco los complicados inicios, cuando no existían aún cañones para fabricar nieve artificial –él prefiere llamarla nieve «producida»– y era inimaginable esquiar antes de Navidad.
El año pasado hubo también mucha nieve –más incluso que en el 2003– y eso hizo que, pese a que la coyuntura económica no era precisamente la más propicia, el esquí catalán lograra salvar los trastos, con un balance final de 2,2 millones de pases vendidos. Fueron, en total, seis meses y dos días de nieve, la temporada más larga de la historia. Y la más temprana. Ya el 8 de noviembre, hubo aficionados calzándose los esquís en Masella (Cerdanya).
La campaña de este año, a punto ya de comenzar, aunque de momento sin nieve natural, consolidará nuevas tendencias, aseguran los expertos. De entrada, Catalunya espera dejar claro su liderazgo en el Pirineo, frente a una Andorra que no pasa por su mejor momento (la afluencia de público inglés, mayoritario en el país, cayó estrepitosamente la temporada pasada) y frente a un competidor aragonés, la empresa Aramón, que pisa fuerte, auspiciada por importantes inversiones –la mitad de ellas, procedentes del erario público–, pero que, aun así, no consiguió arrebatarle el año pasado el número uno.

INICIO INMINENTE / El objetivo de las estaciones catalanas es inaugurar la temporada el 14 de noviembre, nuevamente en Masella, que avisa que, si para esa fecha no hay aún suficiente cantidad y calidad de nieve, la apertura se dejará para el sábado siguiente, día 21. Vaquèira Beret (Vall d’Aran) lo hará el 28, mientras que la mayoría de complejos invernales prefieren esperar hasta el próximo puente de la Constitución.
Para ser realmente competitivas, las estaciones catalanas han hecho un esfuerzo inversor significativo. Los nueve principales complejos de esquí alpino catalanes han destinado 18 millones de euros a la adquisición e instalación de remontes y sistemas de innivación. En el 2008-2009, la suma ascendió a 22 millones, pero la Associació Catalana d’Estacions de Muntanya (ACEM)
–la patronal del sector– advierte de que en los 18 millones de este año no vienen incluidas las mejoras de pistas, las remodelaciones de edificios y otras innovaciones, «con lo que ese importe posiblemente sea mayor», matiza el gerente de la entidad, Joaquim Alsina.

NUEVO RUMBO / Con todo, «en el Pirineo solo hay dos estaciones que han construido nuevas telesillas este año: las catalanas La Molina y Masella», destaca Nolla, presidente de la ACEM. Y únicamente dos complejos amplían superficie esquiable: otra vez Masella, con cuatro nuevos kilómetros de pistas, y Vaquèira Beret, con dos. El resto se quedan como estaban. «Y eso que estamos todavía bajo los efectos de la crisis», observa.
«Estamos en un punto de inflexión», asegura Nolla, director también de Masella. El famoso binomio nieve-hormigón se ha roto ya, afirma. En particular en Catalunya y, sobre todo, después de la fracasada experiencia de la Vallfosca (Pallars Jussà) –un proyecto promovido por la constructora Martinsa Fadesa– y de las incertidumbres que se ha generado, hasta el último momento, en torno a la inmobiliaria Nozar, actual propietaria de Boí Taüll (Alta Ribagorça).
Conscientes de que el motor del esquí no es ya el sector inmobiliario, el sector busca ahora reforzar el papel de los complejos invernales como estaciones de montaña, donde deslizarse con unas tablas sujetas a los pies sea solo una más de las muchas actividades posibles. Por eso, y porque es necesario diversificar el público, se lanzan paquetes de vacaciones para familias completas o grupos de universitarios.
Mientras, el grupo Aramón, que ayer presentó en Madrid su campaña para este 2009-2010, apuesta por fórmulas más imaginativas como la de «alargar la jornada de esquí, con la posibilidad de que el après-ski, pueda realizarse en la misma estación, con conciertos de música en directo o cenando en un establecimiento de calidad», explica Javier Andrés, director general de la empresa, participada al 50% por el Gobierno de Aragón y la entidad financiera Ibercaja. El objetivo no es otro, admite Andrés, que intentar que el aficionado gaste más en la estación.

PÚBLICO LEVANTINO / El grupo empresarial invierte este año 20 millones de euros, la mitad de ellos en sus estaciones de Teruel, que están atrayendo cada vez más a esquiadores valencianos, en detrimento de Catalunya, hasta ahora destino favorito de los levantinos. En el Pirineo oscense, tras los 100 millones metidos los últimos años en Formigal, parece que el ritmo se frena, en espera de poder iniciar la ampliación de Cerler en el 2010.

 

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