Castanesa: reflexionar antes de obrar

Castanesa es el objetivo fundamental del denominado proyecto “Ribagorza Norte”, la última iniciativa de gran envergadura del consorcio ARAMON. El proyecto contempla la ampliación de la estación de esquí de Cerler a través del paraje de Ardonés y la construcción de una nueva estación en el paraje de Castanesa. La financiación del colosal proyecto, cifrada inicialmente en más de 400 millones de euros, se obtendría de la construcción y venta de hasta 4.000 viviendas.

Un proyecto de estas características ha despertado la ilusión en unos habitantes del valle pero también la desconfianza y el desagrado de otros. Ya el nuevo plan general de ordenación urbana, diseñado para garantizar una masiva recalificación de suelos con fines inmobiliarios, ha abierto la polémica en el municipio.

El proyecto “Ribagorza Norte” abre numerosas incógnitas sobre las que es necesario reflexionar antes de actuar de forma irreparable. La sana ambición de sus pobladores por intensificar el turismo en su zona  en ningún caso puede eludir el análisis sereno que evite la comisión de nuevos desmanes urbanísticos, que a la postre redundan en perjuicio del valle y sus habitantes. La modesta aportación de los firmantes de este documento abogaría por conciliar intereses privados, responsabilidad institucional y conservación de nuestro patrimonio natural más valioso, la montaña aragonesa.

Somos conscientes de que la ampliación de la estación de esquí de Cerler por Ardonés está paralizada desde hace años a causa del impacto faunístico que comportaría la obra, con la presencia de especies protegidas o de interés como la perdiz nival y con la existencia de espacios protegidos de la Red Natura 2000 (LIC). Dado que el gobierno de Aragón  ha declarado esta obra de interés supramunicipal, ¿cómo piensa garantizar la obligada protección establecida por ley?

Tenemos muy presente que el propio consorcio ARAMON destaca, en primer lugar, que la calidad general de la zona afectada «es alta como consecuencia de los elevados valores de calidad florística, faunística y paisajística». También asume que esas montañas acogen «a un buen número de especies, tanto vegetales como animales, catalogadas como amenazadas y varios entornos paisajísticos que se han determinado como de interés».

En cuanta a la construcción de la nueva estación de esquí de Castanesa sabemos de la existencia de adversas condiciones de proliferación de aludes y ventiscas que presenta aquí la montaña. ¿Es viable en esta zona el funcionamiento de una estación de esquí alpino, con las imprescindibles garantías de seguridad?

En la retina de miles de aragoneses permanece la imagen de los gigantescos desmontes y voladuras realizados para el modelado de laderas en Espelunziecha, fase última de la ampliación de la estación de Formigal. ¿Van a repetirse este tipo de operaciones en Castanesa? ¿Qué estudios geológicos previos ha realizado el Gobierno de Aragón para garantizar la absoluta estabilidad de las laderas, en la zona escogida para la ejecución de obras?

Es común, en época estival, la existencia en la zona de problemas para garantizar el abastecimiento de agua de boca, ¿resulta conveniente promover un proyecto urbanístico y de innivación artificial de alto consumo hídrico? El consumo de agua, ligado sobre todo a las detracciones desde los cauces para producir nieve artificial, es otro impacto importante. Por tanto, es preceptivo garantizar el mantenimiento del caudal ecológico.

La inversión calculada para la ejecución del proyecto de nueva estación se calcula inicialmente en al menos 400 millones de euros. Teniendo en cuenta la existencia de índices claros de regresión progresiva de la cota de nieve hasta más arriba de los 2.000 metros ¿es Castanesa un proyecto viable  y con proyección de futuro?  Es conocida la existencia de una deuda de más de 100 millones de euros del consorcio de la nieve, participado al 50% por el gobierno aragonés y por Ibercaja. ¿No es temerario entrar en nuevas inversiones de riesgo sin garantizar la consolidación de las estaciones existentes?. ¿Se puede garantizar que con la acometida de estos proyectos la deuda de Aramón irá reduciéndose progresivamente?

El recurso a la proliferación de apartamentos, como medio de financiación del proyecto, no hace sino profundizar en las causas que han generado la presente crisis económica que vive nuestro país, fuertemente agravada por el “pinchazo de la burbuja inmobiliaria”.  Entendemos que reiterar un modelo basado en la recalificación de suelos y la construcción de miles de apartamentos, para financiar dicha estación, resulta insostenible. ¿Acaso no es un precio demasiado elevado a pagar por una inversión de reconocido riesgo?

La fuerte concentración de inversiones públicas en el sector de la nieve no se ha visto acompañada de un volumen equiparable de fijación de población en el territorio, entre otras razones, por que el empleo que genera es estacional. Entendemos pues los recelos generados en otras comarcas deprimidas por la inmoderada apuesta gubernamental a favor del monocultivo del esquí.. ¿Existen estudios que permitan garantizar que  esta apuesta es la más razonable?

En suma, estamos hablando de un valle de alta montaña que conserva un paisaje de incalculable valor patrimonial, con un futuro que pasa por potenciar su economía ganadera complementada con su potencial natural ¿Es lógico perder todo esto y aplicar un modelo urbanístico masificado asociado a la industria del esquí de dudosas consecuencias sociales, económicas, culturales y ambientales?

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