Candanchú reconoce su insolvencia y presenta un preconcurso de acreedores

HERALDO DE ARAGON

Candanchú reconoce su insolvencia y presenta un preconcurso de acreedores

La concesionaria toma la medida con el fin de salvar el acuerdo con la DGA que permitiría abrir la estación La deuda de Etuksa ronda los 6,5 millones y aún está por aflorar toda la de proveedores

La estación de Candanchú ha reconocido oficialmente su situación de insolvencia al presentar el preconcurso de acreedores, una figura recogida en la ley que le otorga un colchón de tres meses para refinanciar su deuda, blinda a la sociedad ante reclamaciones y evita que su cúpula incurra en responsabilidad patrimonial. La comunicación se hizo efectiva el pasado lunes ante un juzgado de Huesca ante el riesgo de que alguno de los acreedores solicitara el concurso necesario, lo que hubiera bloqueado cualquier posibilidad de abrir para la próxima temporada de esquí.

Fuente de la concesionaria del complejo, Explotaciones Turísticas de Candanchú SA (Etuksa), confirmaron ayer a este diario que el objetivo final es intentar salvar el acuerdo alcanzando con el Gobierno de Aragón, de forma que el ‘holding de la nieve’ asuma la gestión durante un año a cambio del pago de unos 690.000 euros. Con este dinero se saldaría la deuda con los trabajadores, que no cobran desde julio, y con la compañía Endesa, que cortó la luz el pasado verano, además de afrontar la puesta en marcha de las instalaciones.

Si alguno de los acreedores hubiera solicitado el concurso, se habría anulado cualquier posibilidad de abrir la estación por la situación de insolvencia de la sociedad y porque decaería el acuerdo con la DGA, aún pendiente de firma. En esta tesitura, un administrador concursal se hace cargo de todo, por lo que el dinero pactado con la Administración no podría destinarse a saldar determinadas deudas para garantizar la apertura, tal y como reconocieron desde Etuksa. «El primer objetivo es abrir, porque si no se pierde la capacidad de generar recursos», añadieron.

Con la notificación del preconcurso, a la que el juez aún tiene que darle contestación, se gana tiempo pero no se solventa ni de lejos la grave situación económica- financiera de l a estación. Etuksa tiene dos embargos instados por la Seguridad Social y la Agencia Tributaria por un importe superior a los dos millones de euros, cuyo aplazamiento pretende lograr contra reloj el director y accionista de la estación, Eduardo Roldán. De no lograrlo, Aramón no hará efectivo el alquiler pactado y la estación estará condenada a la clausura.

La solicitud de preconcurso concede a la concesionaria un plazo de tres meses para refinanciar la deuda millonaria con sus proveedores, tal y como reconoce el artículo 5bis de la Ley Concursal. En la lista están organismos del Gobierno central y autonómico, el Ayuntamiento de Aísa, los trabajadores de la estación, Endesa y proveedores que han cerrado el grifo de los suministros a la estación por los reiterados impagos.

Y salvo que salga de la insolvencia, Etuksa deberá solicitar el concurso, «haya o no alcanzado un acuerdo de refinanciación o las adhesiones necesarias para la admisión a trámite de una propuesta anticipada de convenio». Para ello, tendrá de plazo otro mes adicional.

La concesionaria de Candanchú cumple desde hace meses los requisitos legales para instar el concurso por el «incumplimiento generalizado» de sus obligaciones de pago, tal y como establece la normativa: ni ha abonado los tributos ni las cuotas de la Seguridad Social ni las nóminas en las últimas tres mensualidades.

La deuda reconocida por Etuksa ronda los 6,5 millones de euros, aunque aún está por aflorar todo lo que debe a sus proveedores, según fuentes cercanas a los afectados. La pésima temporada de nieve 2011/2012 ha incrementado el agujero en cerca de dos millones.

Consejo de administración

La crítica situación de la sociedad y la decisión de presentar el preconcurso será planteada hoy al consejo de administración de Etuksa, aunque la última palabra sobre el futuro de Etuksa lo tienen sus accionistas, convocados a una junta general a finales de mes.

La concesionaria también cumple las condiciones de disolución, por lo que en el orden del día se ha incluido la necesidad de afrontar una nueva ampliación de capital. Varios socios consultados pusieron en duda que salga adelante, por lo que solo quedaría acometer una operación acordeón, reducir el capital social para restablecer el equilibrio patrimonial.


EL PERIODICO DE ARAGON

El juez da a Candanchú 3 meses para negociar con sus acreedores

Admite la propuesta de preconcurso de la estación de esquíde la Jacetania

La estación de esquí de Candanchú tiene tres meses, hasta el 17 de enero, para negociar con sus acreedores antes de entrar en concurso. El magistrado del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Huesca, que asume la jurisdicción Mercantil en la provincia, avaló ayer la situación de preconcurso que presentó hace unos días Explotaciones Turísticas de Candanchú (Etuksa), que arrastra una deuda de unos seis millones, casi la mitad de los cuales vencen en noviembre y que en buena parte proceden de administraciones.

La empresa que gestiona la estación –una de las dos aragonesas no integradas en el hólding semipúblico Aramón– atraviesa una convulsa etapa en la que afronta embargos judiciales promovidos por algunos acreedores y tiene en el horizonte de dos semanas –el 31 de octubre– una decisiva junta de accionistas.

OPERACIONES DE CAPITAL Su orden del día prevé como séptimo punto debatir una «ampliación de capital social de la compañía que se efectuará mediante aportaciones dinerarias». De ser rechazada, obligaría a acometer una «reducción del capital social para restablecer el equilibrio patrimonial» de la sociedad, tal y como prevé el punto nueve. Si ninguna de esas operaciones culminara con la cobertura de las deudas, explicaron fuentes jurídicas, Etuksa se vería obligada a acogerse a un concurso de acreedores por insolvencia.

Antes de que pueda llegar esa situación, la empresa ha optado por las posibilidades que el artículo 5 bis de la Ley Concursal brinda a las compañías con problemas de liquidez: un periodo de tres meses «para alcanzar un acuerdo de refinanciación o para obtener adhesiones a una propuesta anticipada de convenio» en la que los acreedores pueden aceptar reducciones de los débitos de hasta el 50% y aplazamientos de hasta ocho años.

Ese precepto legal sitúa a las empresas en una especie de limbo legal que les exime de la obligación de pedir el concurso voluntario pero, al mismo tiempo, obliga a solicitarlo en el cuarto mes «a menos que no se encontrara en estado de insolvencia». Y, en ese caso, los gestores asumen el riesgo de que el juez considere que se trata de un concurso necesario, opción en la que son apartados de la gestión y esta queda en manos de los interventores judiciales.

Fuentes conocedoras del proceso explicaron que uno de los objetivos de los responsables de Etuksa consistiría en obtener en ese periodo avales de en torno a tres millones de euros con los que consideran que podrían cubrir la deuda y lograr una línea de financiación para reflotar el complejo invernal.

La búsqueda de liquidez de Etuksa se antoja urgente ante la cercanía de la campaña de esquí y la necesidad de tener la estación completamente operativa. A su favor juega, no obstante, la procedencia de su público habitual: la cornisa cantábrica, una de las áreas de España menos azotadas por la crisis.

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