Candanchú plantea encarecer los forfaits y abrir nuevas líneas de negocio para devolver su deuda

El plan de viabilidad presentado por la estación de Candanchú propone aumentar el precio medio de los forfais y explotar negocios hasta ahora en manos de terceros con el fin de incrementar los ingresos, lo que le permitiría saldar su deuda millonaria con los acreedores y salvarse de la quiebra. La empresa Explotaciones Turísticas de Candanchú SA (Etuksa) hace hincapié en que en el precio medio del forfait se puede incrementar de forma sustancial sin detraer la demanda, para lo que propone «una política de extinción de gratuidades y un aumento de los precios más baratos».

La propuesta fija como objetivo ganar 8.000 esquiadores más cada temporada, lo que supondrá pasar en ocho años de 150.000 a 206.000 clientes, siempre y cuando las condiciones climatológicas lo permitan. Las cifras de esquiadores son conservadoras, ya que la propia Etuksa argumenta que no ha planteado siquiera las medias de los últimos años para evitar caer «en un error de recaudación».

 De hecho, los 150.275 esquiadores registrados en la pasada temporada supusieron el peor resultado de la última década, en lo que influyó el hundimiento de la comercialización inicial de bonos por la incertidumbre sobre su futuro, el posterior retraso en la apertura al estar inmersos en un concurso de acreedores, el hecho de comenzar sin apenas dominio esquiable y rematarse con el mal tiempo que hizo durante buena parte de los fines de semana. Y el plan de viabilidad destaca que esos 8.000 esquiadores adicionales por año se pueden lograr en un fin de semana de buen tiempo.

El segundo eje de su «planteamiento estratégico» es explotar nuevas vías de negocio, enumeradas de forma sucinta en el plan de viabilidad: escuela de esquí, alquileres, club, tiendas de mercadotecnia, publicidad, acceso a la nieve para principiantes, parque infantil y guardería.

En la previsión de resultados tan solo se concretan siete líneas de negocio (remontes, hostelería, alquileres, mercadotecnia, club, escuela de esquí y publicidad), que sumarían una recaudación de más de 3,4 millones en la próxima temporada. Los ingresos de los forfaits son el grueso de la hipotética recaudación, al representar casi el 80% del total. El plan de viabilidad recoge la previsión de resultados hasta la temporada 2020-2021, enla que los ingresos supodrían ya casi 5,5 millones.

La otra línea de actuación para cuadrar las cuentas es la reducción de los gastos, algo en lo que ya se ha intervenido en la pasada temporada con el apoyo en la gestión de Aramón. Además, la empresa pactó con sus 35 trabajadores fijos la aplicación de un ERE de suspensión hasta que comience la nueva temporada, además de convertirlos en fijos discontinuos con el objetivo de reducir la masa salarial. De hecho, la previsión es seguir rebajando el gasto para la próxima temporada, de 1,7 a 1,4 millones.

Con este escenario, Candanchú prevé unos resultados de explotación de 441.609 euros, que se irían incrementando hasta alcanzar los 2,1 millones en 2020-2021. Eso sí, seguirá dos años más con pérdidas tras repercutir intereses, amortizaciones e impuestos. Y solo se hará realidad si los acreedores aceptan en septiembre su propuesta de convenio, que demora la devolución de la deuda hasta diez años.

INVERSIONES TESTIMONIALES DURANTE OCHO AÑOS

La necesidad de pagar 7,1 millones de euros a sus más de 150 acreedores en un plazo máximo de diez años y sin mediar una inyección económica obliga a Explotaciones Turísticas de Candanchú SA (Etuksa) a seguir aparcando cualquier tipo de inversión en la estación. Así se constata en el plan de viabilidad, que recoge unas cifras realmente magras. Para la próxima temporada, únicamente 54.000 euros y en las restantes, 177.000, con la única excepción de los 237.000 euros previstos en 2017-2018.

Esta realidad puede ser una cortapisa más para salir adelante, ya que la inmensa mayoría de los remontes de la estación están muy envejecidos y Etuksa carece de fondos para afrontar su renovación. Y este problema no hará más que acrecentarse en los próximos años, ya que no prevé ni un euro para nuevos elementos de transporte.

La escasez de inversiones contrasta con la decidida apuesta del grupo Aramón por modernizar y ampliar sus complejos, especialmente los de Formigal y Cerler. 

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