La presencia en Benasque del presentador Jesús Calleja para promocionar el ‘helibike’, o lo que es lo mismo, subir a la montaña en helicóptero para descender en bicicleta, ha encendido las redes sociales, con críticas que cuestionan si este tipo de turismo es sostenible. La empresa Altituderide asegura no sobrevolar espacios protegidos, práctica totalmente prohibida, pero ya ha habido una organización, la Fundación del Quebrantahuesos, que ha pedido información al Gobierno de Aragón sobre sus autorizaciones.
Fueron la propia empresa y Jesús Calleja quienes colgaron fotos y vídeos en sus redes sociales para dar a conocer la experiencia, definida por el aventurero como “descensos brutales en bici”. Altituderide trabaja entre el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y el Parque Natural Posets-Maladeta, y anuncia sus servicios con el siguiente mensaje: “Te llevaremos en helicóptero, sobrevolando un paisaje espectacular, rodeado de ibones y montañas de más de 3.000 metros, hasta lo alto de una cumbre, en la que podrás disfrutar de un momento de silencio y calma total antes de iniciar un apasionante descenso con tu bici o tus esquíes”.
Esta promoción ha sido cuestionada con comentarios en varias páginas de Facebook, entre ellas las del propio presentador, que muestran su preocupación por el impacto en espacios protegidos de la Red Natura 2000 donde habitan la perdiz nival, el urogallo o el quebrantahuesos. «Hay gente que confunde el Pirineo con un parque de atracciones. Empresas que lo permiten y famosetes que lo fomentan”, dice uno de ellos.
También ha molestado a asociaciones como Reforesta, una ONG dedicada a promover la participación en actividades ambientales y a la restauración y estudio de la vegetación. “Alguien que dice amar la naturaleza, no debería promocionar los descensos en bici de montaña por espacios naturales de alto valor ecológico, y menos aún si llega al punto del inicio del descenso en helicóptero, molestando a la avifauna del Pirineo”.
La polémica no ha surgido solo a partir de la promoción de Calleja. La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) pidió información a la DGA en octubre de 2017. Quería tener acceso a la documentación pública sobre las autorizaciones a Altituderide para las rutas de ‘helibike’. Juan Antonio Gil, portavoz de la ONG, dice que su preocupación era por el posible efecto ambiental. La respuesta de la administración ha sido «incompleta», afirma.
Por eso, la FCQ recurrió al Consejo de Transparencia de Aragón, que reconoció recientemente su derecho a acceder a la información. El 24 de julio instó al departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad a facilitar determinada documentación en 10 días. “El plazo ha pasado y no tenemos todas las respuestas. Este tipo de actividad puede suponer un grave impacto y debe regularse con criterios muy sólidos. Si nos dan toda la información podremos saber si el trámite se ha hecho adecuadamente, independientemente de si nos gusta más o no menos”, añade Gil.
El vuelo sobre espacios protegidos está muy restringido en el Pirineo. El plan de uso y gestión del Parque Nacional de Ordesa, por ejemplo, preserva el suelo, el subsuelo y también el aire, con la prohibición de volar por debajo de los 3.000 metros sobre la vertical del terreno para no perturbar a la fauna ni el silencio que buscan los visitantes. La norma contempla muy pocas excepciones. El mismo Jesús Calleja intentó grabar un capítulo de su programa ‘Volando voy’ en el espectacular cañón del valle de Ordesa, de 15 kilómetros de longitud y con unas paredes de caliza de 800 metros de altura, pero su petición de utilizar un helicóptero fue desestimada.
Según ha asegurado Altituderide, cuentan con todos los permisos, tanto los ambientales como los de Aviación Civil, no atraviesan ni Ordesa ni Posets-Maladeta y las bicicletas realizan el descenso también fuera de esos lugares, por caminos marcados, no monte a través. “Hay otras empresas que hacen el transporte de bicis en furgoneta. La diferencia es que nosotros lo hacemos en helicóptero, que contamina menos”, argumenta Pablo Irigoyen, uno de los socios. La actividad se ha iniciado este año. Fue la primera en Europa, aunque ahora ya hay iniciativas en otros países del continente. De hecho, el portabicis se importó de Canadá. Los planes de futuro pasan por el helisky.
Calleja estuvo en Benasque los dos primeros días de la semana. Según la empresa, el helicóptero subió a Sierra Negra, en el límite del Parque Natural, y las bicicletas bajaron por los caminos por donde discurre la Ultra Trail de Benasque. A Irigoyen, la polémica le recuerda al caso de la empresa Trekking Mule, también ubicada en el valle de Benasque, que denunció una campaña de colectivos veganos en las redes sociales contra su negocio de transporte de material con mulas por la montaña. Los animales portan bicicletas hasta los 2.500 metros para desde allí hacer descensos.
El empresario es consciente de que hay gente que está en desacuerdo con la actividad, pero asegura que no infringen ninguna norma. Cuenta con informes favorables de las secciones de Biodiversidad y Gestión de Montes, eso sí, con condiciones. La primera es informar a los clientes de los riesgos inherentes a la actividad por desarrollarse en alta montaña. Además, deben avisar previamente, al menos con 24 horas, de los días de vuelo. Este queda limitado a un máximo de 8 días con hasta 50 clientes por día, y a determinados meses, según las cuatro zonas para las que se solicitó la autorización: Punta Suelza-Bielsa, Peña Blanca-Plan, Colladeta del Ibón de Plan-Saravillo y Serreta Negra Estibafreda-Benasque.
La documentación de la DGA reconoce que se trata de rutas donde habitualmente hay personas porteando bicis. Los ciclistas son solo el 5% frente a los que pueden recorrer la zona a pie. Sí advierte que se detecta un aumento importante, lo que lleva a plantear “una regulación de este tipo de uso a medio plazo, pero en cualquier caso, para todos los usuarios de bicicletas y no solo para los que acceden mediante helicóptero”.