Aramón y neruda

«Muere lentamente / quien evita una pasión / y su remolino de emociones…». ¿Pero qué sabrán estos alicatadores de la naturaleza de la grandeza de esos versos? No obstante, yo trato de comprenderles y, como si de un examen se tratara, hago mi particular ejercicio de comentario de texto: lo de morir lentamente quizá se refiera al estado agónico en que pueda quedar, a pie de remonte o de hotel, esté esperando que nieve en forma y momento adecuados, pues la campaña «sin colas, llegar y esquiar» creo que es un programa de ciberesquí para el ordenador; lo de evitar la pasión es más complicado de entender, porque en el contexto de Aramón, la pasión sólo puede interpretarse como ansia de especular; llegados al remolino de emociones, sólo veo un casino con su brillante ruleta y dinero, mucho dinero.

Mi consejo para los publicistas de Aramón sería que dejaran en paz a Neruda y encargaran versos a algún autor más idóneo. Yo les sugeriría, por ejemplo, cualquier héroe o heroína de crónica rosa televisiva. Incluso podrían elaborar un libro con ese material. Por si aceptan mi propuesta, no estaría mal ir buscando ayuntamientos con estanterías libres en sus bibliotecas. Un pelotazo seudocultural sería fantástico en la magia de Aramón. De haberlo pensado mejor, no habrían depuesto a Javier Blecua, sino que le habrían encomendado la venta de esa delicada flor de nieve… artificial.

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