Aramón y el cambio climático

Vivo sin vivir en mí con esto de la nieve. Por dos motivos: me gusta mucho la montaña en invierno y soy (a la fuerza ahorcan) copartícipe del negocio del esquí, que en Aragón se desarrolla básicamente a través de la sociedad pública Aramón (Gobierno de Aragón e Ibercaja). Bueno, lo de negocio es mucho decir, porque el cambio climático pone cada vez más difícil cuadrar una temporada en condiciones. En cuanto llega noviembre, estamos todos en vilo: que si habrá precipitaciones, que si no, que ya abren las estaciones, que se van a llenar, que no se llenan (¡cachis en la mar!), que se ha fastidiado el puente, que a ver si para el próximo… Agotador, se lo juro.

Sucede que jamás en la vida se ha llevado a cabo un estudio serio sobre el impacto del esquí en la economía del Pirineo o del Sistema Ibérico. Se hacen estimaciones preconcebidas para justificar la existencia de Aramón y sus constantes inversiones. Pero si alguien fuese más allá descubriría la verdad: el esquí es un complemento (necesario pero no fundamental) de la actividad económica de la montaña aragonesa, hostelería incluida. La oferta de paisaje, actividades al aire libre, deporte aventura o gastronomía configura un paquete del que la nieve es parte minoritaria. Por ejemplo, el pasado otoño dio mucho juego a hoteles y restaurantes; en cambio este invierno pinta mal.

Las estaciones de esquí, subvencionadísimas a costa del infeliz contribuyente, han tirado sobre todo del sector inmobiliario (privado, por supuesto). A su vera se han hecho los verdaderos negocios, a menudo a costa de unos impactos ambientales, paisajísticos y arquitectónicos intolerables. Pero a fecha de hoy el ladrillo no es lo que era y el clima está acabando con el reclamo de la nieve. Pasa lo que estaba cantado, lo que advirtieron mil veces quienes tienen un poco de talento: Aramón acumula déficit, sus absurdos macroproyectos pendientes carecen de sentido, sus estaciones languidecen… ¿Servirá esta evidencia para que de una vez se elabore otra estrategia más efectiva y llegue a la montaña aragonesa un desarrollo sostenible? Es lo que, vista la situación, quieren hacer en Cataluña. Pero aquí… ¡Uuufff!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *