El proyecto para ampliar la estación de Cerler por el valle de Castanesa (Montanuy) ha sufrido numerosos tropiezos en el último año pero al menos la empresa Aramón no verá caducar el permiso ambiental y tendrá seis años más para poder desarrollarlo. El Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) acaba de autorizar la prórroga de la declaración de impacto solicitada por Aramón.
La primera resolución se aprobó el 23 de diciembre de 2010 y en ella se dio luz ver al proyecto de ampliación de Cerler hacia los términos municipales de Benasque, Montanuy, Castejón de Sos, Laspaúles y Bisaurri, tramitado como proyecto de interés general de Aragón. La autorización establecía que las obras del dominio de Castanesa debían iniciarse antes de diciembre de 2012. En septiembre de ese año, el Inaga lo prorrogó, concediendo otros dos años para el inicio de las obras, esta vez a contar desde que se produjese la declaración de interés general, que fue aprobada por el Gobierno de Aragón el 11 de septiembre de 2012. Por lo tanto, las obras debían comenzar antes de septiembre de 2014.
Para evitar la caducidad del permiso, la empresa de la nieve solicitó hace cuatro meses una ampliación, que ahora le ha sido otorgada (en breve se publicará en el BOA) hasta diciembre de 2020, en aplicación de la nueva Ley 11/2014 de Prevención y Protección Ambiental de Aragón.
Fuentes del Inaga explicaron que una de las 18 medidas de simplificación administrativa incorporadas en la nueva ley alarga la vigencia de las declaraciones de impacto ambiental. La norma distingue entre las nuevas declaraciones que se aprueben a partir de ahora y las anteriores. Las primeras tendrán una vigencia de cuatro años prorrogable hasta un máximo de seis, mientras que las antiguas, aquellas que se hayan resuelto antes del 11 de diciembre de 2014, disfrutan de un período transitorio, con un plazo de 6 años para iniciar las obras, plazo que termina el 11 de diciembre de 2020. A partir de esa fecha caducarán automáticamente y el promotor deberá iniciar nuevamente el trámite de evaluación.
El proyecto de ampliación de Cerler, aunque tenía el aval ambiental para aumentar la superficie esquiable en un 115%, no será ejecutado en su totalidad. Los millonarios edificios diseñados por Norman Foster se han quedado en el cajón y el Gobierno de Aragón (socio de Aramón al 50% con Ibercaja) ya ha dejado clara su intención de redimensionar el plan.
No solo la crisis paralizó la ambiciosa inversión. Los tribunales le dieron la puntilla al anular el plan general de ordenación urbana de Montanuy, ligado a la ampliación. Si en el pasado se habló de pasar de 19 a 31 remontes, ahora mismo solo se contempla uno. Técnicos de Aramón, según confirmó la empresa, están estudiando la opción más viable, «el camino más corto», para conectar Cerler con el valle de Castanesa.
Una pista de 2 kilómetros
La idea es adecuar una pista forestal de 8 kilómetros para comunicar Fonchanina, el último pueblo del valle, con las bordas de Castanesa y aquí construir un nuevo remonte que conecte con la última pilona del dominio esquiable, en el collado de Basibé. Esa pista ya estaba amparada por la declaración de impacto ambiental porque se concibió como vía de evacuación.
El frente de nieve se ampliaría con una pista de descenso de unos dos kilómetros, lo que permitiría abrir la ansiada entrada hacia Cerler desde la N-260 y la N-230, por donde cada fin de semana circulan miles de esquiadores camino de Baqueira-Beret. llando la primera y, en un momento de gran demanda, sobrecargándose la segunda». No obstante, como recuerda Javier Abadía, la modernización está en marcha con fuertes inversiones. Los tendidos de los cascos urbanos están soterrados y se ha renovado totalmente la línea de media tensión entre Benasque y Cerler con una inversión de casi 500.000 euros.
Este corte de luz ha puesto de relieve la singular personalidad jurídica y empresarial de Energías de Benasque S.L., la empresa de carácter municipal que realiza la distribución eléctrica en todo el municipio. Refundada en 1999 tras el decreto regularizador del sector eléctrico nacional, es una sociedad de capital íntegramente municipal dedicada a la comercialización y distribución de energía que cuenta con 3.100 clientes. Factura anualmente en torno a 1.200.000 euros.
Según comenta Roberto Martínez, secretario municipal, esta situación se daba frecuentemente en municipios pirenaicos, pero la ley obligó a convertir los servicios en empresas, «lo que disuadió a muchas localidades». En Benasque el cambio se gestionó con éxito y, salvo problemas puntuales, con la satisfacción de los clientes. Su particular personalidad jurídica permite ofrecer ventajas. Entre ellas, una bonificación de 100 kilovatios cada dos meses a los empadronados sin deudas con el Ayuntamiento, medida adoptada en la época del alcalde José Marión para favorecer la radicación en el municipio, así como descuentos del 5% en energía y un 7% en potencia respecto a los precios de mercado.