Aramón renegocia su deuda para evitar el colapso financiero

Aramón está renegociando la financiación de su deuda para ampliar el plazo a diez años. La empresa pública dedicada al negocio de la nieve debe a los bancos alrededor de 80 millones de euros. La falta de liquidez, debido a la caída de los ingresos, hace que atraviese problemas para poder cumplir con sus compromisos con las entidades. Tanto que para evitar el colapso es urgente prorrogar los pagos para hacerlos más llevaderos.
El objetivo de los responsables de Aramón es que la refinanciación esté lista antes de agosto. Pero las negociaciones no están siendo sencillas. Sobre todo porque las entidades bancarias entienden que el Gobierno de Aragón, como máximo accionista de la empresa pública, tiene recursos suficientes para cumplir con sus obligaciones.
El hólding de la nieve paga cada mes los intereses de los préstamos, y a final de año las amortizaciones. Durante la temporada, cuando entran ingresos las estrecheces para pagar a los bancos son menores, pero cuando ya no acuden esquiadores a las estaciones, Aramón atraviesa serios problemas. Ampliar el plazo de devolución de los créditos que están en vigor, explicaron fuentes de la empresa pública, evitaría el colapso y daría holgura a la tesorería.
El principal problema de Aramón es que los ingresos que tenía previstos, y que dependían de operaciones inmobiliarias, no está saliendo. Los terrenos que posee no se venden y además proyectos como el de Castanesa están bloqueados. Así que la empresa se juega todas sus cartas de la venta de entradas a los esquiadores durante la temporada. La de este año ha sido buena, mucho mejor que la del año pasado –que fue la peor de la historia–, pero la crisis sigue pasando factura. Las estaciones que están repletas durante los fines de semana, están casi vacías en los días laborables. Cada vez hay menos esquiadores de un día, y eso perjudica a las instalaciones más alejadas y peor conectadas, que dependen exclusivamente del público de fin de semana. Así que resulta cada vez más difícil hacer frente a las deudas contraídas en las épocas de bonanza económica.

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