Zaragoza bate un récord de 41 años al superar los 23 grados en febrero

Zaragoza batió este sábado un récord de temperaturas al alcanzar los 23 grados centígrados en pleno febrero. La capital aragonesa no registraba un dato tan elevado desde que en 1978 el mercurio llegara 22 grados. Los zaragozanos aprovecharon el buen tiempo para salir a las calles de la ciudad y no fueron pocos los establecimientos hosteleros que pusieron a funcionar sus terrazas.

El buen tiempo y las altas temperaturas no han llegado solo a Zaragoza, los termómetros han marcado este sábado en algunas localidades del Pirineo temperaturas más propias de la playa que de la montaña, por efecto de la inversión térmica y el gran anticiclón que afecta a la península. La máxima de todo Aragón se ha registrado a las 14.00 en la estación meteorológica de Torla, con casi 25 grados, pero una hora antes el récord lo tenía Bielsa, con 22 grados, los mismos que se medían en ese momento en la ciudad de Valencia.

Los valores de Torla han estado por encima de los de Huesca (17 grados). Curiosamente, a las 12.00, cuatro de las cinco localidades aragonesas donde hacía más calor eran Bielsa, Torla, Hecho y Aragüés del Puerto, algunas a 1.000 metros de altitud. También Benasque superó los 20 grados.

Este anticipo primaveral, con máximas impropias del mes de febrero y habituales en abril o mayo, ha llenado de visitantes el Pirineo este fin de semana. «Tenemos turismo de verano y de invierno», comentaba un hostelero de Bielsa. En este municipio, las condiciones meteorológicas han obligado a cerrar el espacio de esquí de fondo de Pineta, que el viernes comunicó la finalización de la temporada «por la escasez de nieve y problemas técnicos con la maquinaria», ya que el calor imposibilitaba poder pisar el manto.

Los espesores, que superaban los 2 metros en la alta montaña a principios de mes por los sucesivos temporales, están disminuyendo «varios centímetros diarios», según la Aemet, sobre todo en zonas con mayor escasez de nieve y en laderas soleadas. Advierte además del peligro de aludes de nieve húmeda (el nivel de riesgo se sitúa en 2 sobre una escala de 5). Desde el refugio de La Renclusa se observaron tres aludes en menos de 24 horas entre 2.500 y 3.000 metros.

En el de Góriz, a 2.200 metros, se registraron ayer 8 grados de mínima y 13 de máxima. Curiosamente, quienes subían de la pradera de Ordesa, donde había 5 bajo cero, al llegar arriba se encontraban con 18 grados más. «Comemos en la terraza con camiseta de manga corta», asegura el guarda Joan María Vendrell, quien espera que el anticiclón continúe hasta final de mes y en marzo los pronósticos indican que vuelve la nieve. Para él, «es algo inaudito», porque «en febrero no solemos tener a nadie, pero este fin de semana han llegado al refugio 20 personas, y el pasado, 50». En el más alto del Pirineo, el de Cap de Llauset, a 2.420 metros, los termómetros subieron a 9 grados y apenas bajaron de -1. La inversión térmica llega hasta el punto más alto del Pirineo, el pico Aneto (3.404 m), con temperaturas que no descenderán el domingo de -5 grados centígrados.

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