Los montañeros de huesca también lloran

¡ Ha muerto Espelunciechas !

Tristeza, una enorme y profunda tristeza. Y también frustración, una gran frustración. Y sobre todo mucha vergüenza de ser persona. Eso es lo que sentí el otro día cuando estuve en Formigal. Sentí que una vez más la codicia, el dinero (y lo peor de todo es que es con dinero mío, de todos), los vendedores de ilusiones, de cemento y de urbanizaciones se habían salido con la suya y habían pasado con sus camiones y sus excavadoras por encima de opiniones, manifestaciones y el más simple sentido común y estaban organizando las montañas y la naturaleza a su antojo y conveniencia.
Una completa escuadrilla de camiones recogiendo tierra que otra no menos completa escuadrilla de excavadoras arrancaban de la montaña formando grandes heridas que ya habían desfigurado el paisaje. Me contaron que era para recoger la tierra vegetal para restaurar las praderas una vez construidos los aparcamientos, los edificios y las pistas. Con un gran despliegue de medios mecánicos, humanos y económicos, en una carrera contra el tiempo, como si se quisiera aplicar aquello de los “hechos consumados”, las obras van a un ritmo imparable y ya es tarde para reaccionar, el mal está hecho. Por eso me siento tan triste.
Tal vez el ibón de Espelunciechas solo sea un charco lleno de ranas donde van a pasear cuatro románticos soñadores y encima conservacionistas. Tal vez los que no nos gusta que estropeen las montañas solo seamos cuatro chalados. Tal vez solo se trate de unas praderas que no sirven para nada y todavía queda suficiente montaña para los montañeros. Pero Espelunciechas era un símbolo, un precedente que ha caído, que ha sido derribado sin escrúpulos, casi como una provocación.
Se ha argumentado que se trata de desarrollo del valle, de la supervivencia de los montañeses, de una ampliación imprescindible. Pero yo me pregunto ¿era necesaria esta ampliación? ¿No hay en la actual estación terreno para ampliar y mejorar las pistas? Nadie está en contra de que los valles y sus habitantes tengan una vida digna y un desarrollo “sostenible” pero hay mucha gente que opina que este desarrollo basado en la especulación, en la alteración del paisaje, en la aglomeración (más de diez grúas hay en estos días en Formigal) es cualquier cosa menos sostenible. ¿Habrá esquiadores para tanta pista? ¿Habrá que volver a ampliar si en esta loca carrera de ampliaciones Formigal es superada por Cerler? (no nos olvidemos de que todas las estaciones quieren crecer) ¿Qué pasará cuando deje de nevar, irán subiendo las pistas hacia las cumbres más altas? ¿Qué pasará cuando los turistas dejen de venir porque lo que buscaban, naturaleza y soledad, está ocupado por urbanizaciones, pistas y cemento? ¿De qué vivirán esos montañeses cuando el turismo se pase de moda? …
Al otro lado del Portalet, como si de un Shangrila se tratara, surge un nuevo paisaje y una diferente manera de entender la montaña y el desarrollo sostenible. Pastos aprovechados por numerosos rebaños de caballos, vacas y ovejas (no vi ni un solo rebaño en Formigal) Montañas protegidas dentro de el Parque Nacional de los Pirineos. Un contraste brutal con la vertiente española. Alguno pensará que esto es lo insostenible, que esto no es progreso, pero a mí este modelo de gestión de la montaña me gusta más, mucho más.
Tarde o temprano la Historia nos juzgará a todos y nos pondrá a cada uno en nuestro lugar pero entonces ya será demasiado tarde para rectificar. El Pirineo es muy pequeño, es un ecosistema muy débil y no va a poder soportar agresiones como estas. Nos lo estamos cargando y no tenemos que olvidar de que el Pirineo no es nuestro, ni de los montañeses ni de los montañeros, ni de los políticos, ni siquiera de Aramón. El Pirineo es un patrimonio de todos que tenemos la obligación de conservar para las futuras generaciones.
Aramón, empresa para la gestión de la montaña, con dinero de Ibercaja (¿por qué tengo mi dinero en Ibercaja?) donde también está la Diputación General de Aragón (yo no quiero que mi Diputación participe en estas agresiones al Pirineo). Empresa con vocación de manejar todo lo relacionado con las montañas de Aragón. Dios nos libre de Aramón cuyo solo nombre me hace temblar.

Lorenzo Ortas Pont

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