La idea es y ha sido fomentar el uso y disfrute de la naturaleza, manteniendo el entorno y lo que es más importante la supervivencia de las gentes que lo forman. Pero ha llegado el momento de dar un paso más y combatir la reciente plaga, auspiciada por grandes intereses de casas comerciales (y algún que otro municipio), de las carreras populares de montaña. En concreto todas aquellas que discurren por parajes naturales, sendas y caminos de montaña y en definitiva ecosistemas muy sensibles al implacable paso de miles de personas corriendo.
Erosionan caminos y veredas, los contaminan y masifican; destruyen la flora del entorno; alteran la tranquilidad de la fauna y además incordian especialmente a los humanos que recorren estos parajes naturales con el sosegado afán de disfrutar de su tranquilidad, su flora y su fauna.
Dejemos los espacios naturales solo para los que sepan recorrerlos sin prisa y disfrutar plenamente del entorno. Acabemos con la masificación «interesada» de estos espacios tan sensibles.