Quiero iniciar esta carta dando la definición de “sector estratégico”: se dice de un sector esencial para el conjunto de la economía. Yo tengo claro que la nieve lo es, genera movimiento en el entorno, es muy importante en el PIB de nuestra Comunidad Autónoma y nos da a conocer fuera de nuestra región. Deberíamos dejar de considerar exclusivamente si las propias instalaciones de una Estación de Esquí son o no rentables, no cabe duda de que lo que generan en sus proximidades es mucho más que las perdidas de esos remontes. Restaurantes, hoteles, tiendas…valles, dependen de ellas. Los visitantes consumen, por lo que pagan impuestos que revierten a todos los aragoneses.
Esto no lo hemos inventado nosotros, en todo el mundo, la presencia de recursos públicos en las Estaciones es mayoritaria. Es muy recurrente decir “se está quitando dinero de sanidad para que ahora se invierta en que unos ricos esquíen”, no es así, se invierte en nieve para mantener el ¡Pirineo vivo!, y además, tiene un claro retorno en puestos de trabajo e impuestos, muy superior a la inversión pública, se pone uno pero se recuperan muchos más. De todas formas, si no hay vida en los pirineos, sobrarán todos los servicios, ya se podrán cerrar todas las escuelas y centros médicos. En Aragón debemos de apostar por aquellos recursos ajenos a la deslocalización “al movimiento que realizan algunas empresas trasladando sus centros de trabajo en países desarrollados a países con menores costos para ellos”, los Pirineos están aquí y nadie se los puede llevar.
Haciendo referencia a la situación actual de la nieve en Aragón, con toda sinceridad, tras inversiones millonarias, no se ha conseguido su objetivo. La división del sector, unas inversiones hechas excesivamente rápidas, que no han sabido asumir ni la empresa Aramón, ni los propios habitantes de las valles “agraciados”, nos han llevado a un inicio de temporada incierto. ¿Candanchú abre o no?, ¿qué pasa con la deuda de Aramón?, ¿se darán los mismos servicios de calidad en estas estaciones?… demasiadas preguntas sin respuesta tan cerca de la temporada. Sólo nos faltaría que Candanchú no abra, con nuestra mentalidad cortoplacista algunos se frotan las manos, ¡más esquiadores para nosotros!, dicen. ¡Qué equivocados están!.
Yo auguro lo siguiente, si Candanchú no se abriera (esperemos que sí), pasaría lo siguiente; en el puente, si hay nieve, o para las navidades, los 7.000 usuarios de Candanchú irán a esquiar a Astún, se llenará y cabrán muy pocos, entonces se dirigirán a Formigal, los atascos en la carretera les impedirá llegar a la nieve, se cabrearán, se irán y no volverán, además hablarán con sus amigos para que no vengan a Aragón a esquiar que es “un caos”, perjudicados, todos.
Entiendo que es el momento de ir todos a una, dejar de ser cortoplacistas, apostar por proyectos sostenibles, contando con el territorio, con todas las fuerzas políticas, quitando de encima de la mesa aquellos proyectos que ahora nos distancian, ya tendremos tiempo de debatir y discutir, pero ahora no, nos jugamos mucho.
Para finalizar, hablando de Etuksa (Candanchú), es imprescindible abrirla, fuera de protagonismos personales o intereses particulares, hay que “poner toda la carne en el asador” por el futuro del Valle del Aragón, pero también de la nieve aragonesa. Que cada uno asuma su responsabilidad, que los trabajadores de Etuksa se sientan lo que son, muy importantes, y sobre todo, con futuro, compromisos que debemos de asumir todos, Ayuntamientos, Etuksa, Gobierno de Aragón, Comarca, empresarios y una mención especial a Ibercaja, que ha llegado a ser lo que es gracias a todos los aragoneses, que sea responsable, deje de mirar las cuentas de hoy, para analizar el mañana, creo que también tiene muchos intereses en este Valle, y no le conviene que se venga abajo.
Aragón, y el sector de la nieve y el Pirineo en general tiene futuro y mucho potencial, pero si estamos todos a una.