La Comisión de Urbanismo de Lleida, dependiente del Gobierno catalán, ha aprobado un plan impulsado por la empresa Baqueira- Beret para construir 379 viviendas de segunda residencia en Sorpe, un núcleo con 45 vecinos censados, aunque son muchos menos los que viven en él. El proyecto, considerado de «crecimiento moderado» por la Generalitat, permitirá la ampliación de las pistas en zona protegida, y fue iniciado por el actual consejero de Agricultura (PSC) en su etapa como alcalde de Alt Àneu.
El núcleo de Sorpe, situado a 1.200 metros de altitud, pertenece a Alt Àneu, municipio que tuvo como alcalde hasta hace un año a Joaquim Llena, actual consejero de Agricultura del Gobierno catalán de la Entesa y uno de los principales defensores del desembarco de la empresa Baqueira-Beret, SA en la comarca, elegida como nuevo frente de su expansión urbanística.
El núcleo es para el turismo de la nieve un lugar estratégico por encontrarse a las puertas del valle d’Àrreu, uno de los parajes más vírgenes que quedan en el Pirineo y hacia donde Baqueira-Beret SA pretende ampliar sus dominios esquiables a pesar de la oposición de todas las entidades excursionistas y ecologistas del territorio.
Àrreu ha sido incluido finalmente por la Generalitat en la red Natura 2000, aunque esa protección no frenará la ampliación de los dominios esquiables de la estación de Baqueira ni representará ningún límite para la construcción de aquellas infraestructuras necesarias para la práctica del esquí.
Además, el plan urbanístico aprobado en 2002 por el Gobierno de CiU prevé la instalación de un nuevo telesilla que conecte la nueva urbanización de Sorpe con las pistas de Baqueira.
El desembarco de la sociedad Baqueira -que está radicada en la vecina comarca de Vall d’Aran- en la comarca del Pallars Sobirà, ha hecho aparecer la fiebre constructora en todos los núcleos habitados del valle de Àneu, principalmente Sorpe e Isil. También se han disparado de forma espectacular los precios de los prados y de las viviendas. Una constructora madrileña proyecta construir un campo de golf en la vecina localidad de Esterri d’Àneu y 600 viviendas en su entorno.
El desarrollo del plan parcial urbanístico de Sorpe, además de multiplicar por 30 su población en determinadas épocas del año, proporcionará a sus promotores importantes beneficios que, según las asociaciones vecinales contrarias al proyecto, generarán más de 15 millones de euros de beneficios. Política Territorial defendió el proyecto el año pasado y aseguró que el crecimiento de Sorpe encajaba en la estrategia de «crecimiento moderado» que la Generalitat quiere para los pueblos pirenaicos.
El proyecto está promovido por Baqueira Beret, SA -que por primera vez entra directamente en el negocio de la construcción-; la empresa inmobiliaria Àneu Desarrollos Urbanos, con sede en Barcelona, y los particulares Maribel y José Maria Garrabé, Jaume Nat, Josep Farrera y Juan Riu. Los terrenos en los que los promotores pretenden edificar 379 nuevas viviendas de segunda residencia en un plazo de dos años ocupan una superficie de 59.332 metros cuadrados -más del 80 % pertenecen a Baqueira- y están situados al este de Sorpe, en una zona separada del núcleo urbano por unas fincas rústicas. Estas fincas, por ahora no urbanizables, ya han sido adquiridas por una empresa inmobiliaria.
La empresa Baqueira-Beret promueve este proyecto cuando todavía no se ha culminado otra macrourbanización en el cercano valle de Ruda. Allí se están construyendo otros 500 apartamentos, tres hoteles, un centro termal y 3.800 plazas de aparcamiento. Todo a pie de pistas, en la cota 1.500 y con edificios que en algunos casos superan los 10 pisos de altura.
La autorización de Urbanismo para la urbanización de Sorpe está condicionada a que el Ayuntamiento de Alt Àneu tramite en un plazo de 12 meses el proyecto de urbanización del ámbito de actuación, que ha de incorporar las condiciones referidas al saneamiento del informe de la Agencia Catalana del Agua (ACA).
Las entidades ecologistas IPCENA y la plataforma Salvem el Massís de Beret han pedido la paralización inmediata del proyecto porque, en su opinión, no está garantizado el suministro de agua ni tampoco el saneamiento de las aguas residuales.