El presidente de aramon acusa a la plataforma en defensa de las montañas de actuar con male fe

Javier Blecua: «Todo lo que genera como negocio una estación de esquí tiene que reinvertirse en ella»

«La nieve es un sector socioeconómico imprescindible para Aragón y nuestra filosofía es desarrollarlo con los mayores parámetros de calidad, competitividad y respeto ambiental posibles». Así entiende el máximo responsable ejecutivo de Aramón el objetivo de su empresa.

Heraldo de Aragón. 11 de diciembre de 2005

CARLOS VILLANOVA. Zaragoza | El consejero delegado de Montañas de
Aragón (Aramón), la empresa participada (Ibercaja y DGA al 50%) que
agrupa las estaciones de Formigal, Panticosa, Cerler, Gúdar y
Javalambre, cumple por estas fechas un año en el cargo. Doce meses en
los que ha tenido que hacer frente a fuertes controversias.

PREGUNTA- Le ha tocado vivir la etapa más complicada del grupo, sobre
todo por las críticas ecologistas a las obras de Formigal .

RESPUESTA- Pero ya hemos logrado superar los problemas y la gran
reforma de la estación está perfectamente encauzada. La próxima
campaña estará operativa al completo, con un nuevo telecabina de ocho
plazas en lugar del «huevo». Ha habido una actuación muy ambiciosa y
algo precipitada. Son obras de un enorme alcance que se plantearon
sólo en seis meses cuando se tendrían que programar en dos años. Se
pecó de exceso de ambición, pero Formigal va a ser en diciembre de
2006 el mejor centro invernal de España por su renovación, su
infraestructura y sus servicios.

P.- La Plataforma en Defensa de las Montañas cargó contra las obras
con fotografías muy duras.

R.- Hubo una cierta mala fe al presentar imágenes de obras
inconclusas, con desmontes y cosas naturales en esas actuaciones. Pero
cuando se acaba la obra, como es el caso del aparcamiento del
Portalet, se corrigen esas cosas y se solucionan con normalidad.
Fueron críticas oportunistas, tendenciosas y parciales. Se podrían
hacer ahora otras fotos de la estación, que esta preciosa, y si se
comparasen con las que hicieron a mitad de obra la gente pensaría que
las nuevas son de Suiza.

P.- Pero sí que reconoció en su día que se habían cometido errores.

R.- Sin duda, y hemos aprendido de ello, igual que aprendemos de lo
mucho que se ha hecho bien. Pero las formas son también importantes a
la hora de hacer crítica, sobre todo cuando se hacen sobre algo que
tiene una repercusión directa sobre la vida socioeconómica de muchas
poblaciones. Ése es un ejercicio de responsabilidad que deben hacer
aquellos colectivos que no estén de acuerdo con la actuación de
Aramón. Estamos abiertos al diálogo y a la crítica, pero deben valorar
que se trata de cuestiones que afectan mucho más allá de esta empresa,
que el esquí tiene un efecto multiplicador en las economías de los
valles y de miles de familias que viven del turismo y que se ven
gravemente perjudicadas por el alarmismo social que despiertan algunas
polémicas desaforadas.

P.- Los problemas de Formigal ya están solucionados, pero a costa de
una fuerte inversión extra.

R.- No tanto. Lo significativo no se ha alterado. Ha habido un
encarecimiento de algunas actuaciones que responden a lo normal en
obra pública. Las infraestructuras básicamente son las mismas y lo que
hemos tenido que hacer son actuaciones de reforzamiento o de
reubicación. El grueso de la inversión del grupo es de 64 millones y
la corrección de errores es un porcentaje no significativo.

P.- ¿No cree posible una realidad socioeconómica en el Pirineo sin el esquí?.

R.- Imposible. El siglo pasado se hablaba del Pirineo como un mundo
lleno, donde no cabía más gente y en el que sólo podía subsistir el
heredero de la casa familiar. Era un sistema duro y basado en los
recursos agrarios y forestales. Ha habido un cambio radical y ya no
pueden vivir con esos recursos tradicionales. Ahora todo es el
turismo, las otras actividades sólo pueden ser complementarias. Donde
se han creado estaciones de esquí, la población se ha asentado y
multiplicado, mientras que en el resto de comarcas ha habido una
despoblación brutal.

P.- La otra estación del valle de Tena, Panticosa, está en quiebra
técnica. ¿Tiene futuro?.

R.- Aramón tiene la responsabilidad de intentar que lo tenga. Hemos
explicado cuál es la realidad, con una cuenta de explotación con
pérdidas acumuladas alarmantes. El último ejercicio han sido dos
millones de euros. Así es imposible mantener la estación y menos
reformarla. O somos todos conscientes de eso o algún día no podrá
abrir. Hasta ahora ha habido una política miope, que separa la
inversión en la estación de las plusvalías urbanísticas que genera en
la zona. Las plusvalías se han creado, pero la riqueza ha ido a otros
sitios y nos encontramos con un centro anticuado y con un déficit de
800 plazas hoteleras.

P.- ¿Defiende como inevitable ese modelo de ligar inversión en pistas
con desarrollo urbanístico?.

R.- Es que lo es. Y es un modelo moralmente mucho más defendible que
lo que hasta ahora ha funcionado: que el propietario del suelo haga
sus promociones gracias a que hay una estación de esquí y se lleva el
dinero a Zaragoza, Madrid o donde sea. Todo lo que genere como negocio
una estación de esquí se debe reinvertir en ella. El ejemplo es
Sallent de Gállego. Al alcalde le dijimos qué estación quería, de
primera o de segunda. La quería de primera y jugar en esa división
costaba 120 millones en reformas, algo inalcanzable vía explotación.
Lo que hicimos fue una alianza con el Ayuntamiento para costear la
reforma, en parte, con un desarrollo urbanístico, con el 60% a cargo
del Consistorio y el 40% de Aramón. De ese 40%, el 20% es para VPO y
otro 20% para hoteles. Todos los beneficios son para la estación.

P.- Pero ese modelo se cuestiona por la ocupación del territorio, la
mala arquitectura que se ha venido haciendo y el problema de las
urbanizaciones fantasma.

R.- En cuanto a ocupación, las estaciones de esquí suponen ahora sólo
el 0,3% del territorio aragonés de montaña. Sobre la calidad de la
arquitectura, debe ser una referencia para nosotros. Pero es que
Aramón no ha hecho todavía ninguna obra de urbanización. Queremos
contar con arquitectos de referencia e implantar modelos ejemplares de
integración en el paisaje y respeto ambiental. Y buscamos fórmulas de
gestión inmobiliaria y de prestación de servicios para evitar que las
casas se habiten sólo unos días al año.

P.- ¿Cuándo será esquiable su proyecto de Castanesa?.

R.- El objetivo es que la telecabina de 36 plazas desde Ribera esté en
diciembre de 2008 y que haya remontes para abrir algunas pistas.
Castanesa, que enlazará con Cerler, va ser modélica en varias
cuestiones. Los desarrollos urbanísticos no afectarán al monte, no se
construirá ninguna carretera para llegar a las pistas y se conseguirá,
con la unión de Cerler, el mayor dominio esquiable del Pirineo. Será
una estación de primera y de liga de campeones.

P.- En Teruel tienen problemas para los proyectos de ampliación.

R.- Vamos a hacer grandes inversiones en Gúdar y Javalambre, ligando
la nieve con el turismo verde. Ya hay un acuerdo con Medio Ambiente de
lo que se puede hacer en esas estaciones y empezaremos a hacer obras
el año que viene. Son estaciones con cinco millones de clientes
potenciales del Levante que cada día están más cerca con la autovía.

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