El balneario de Panticosa abrirá el viernes sin tener cerrada su seguridad frente a posibles aludes. El invierno pasado, tres de estas avalanchas alcanzaron las instalaciones. Una llegó hasta la central eléctrica, otra saltó los paraguas antialudes instalados en la zona del barranco de Arnales y la tercera se desplazó hacia el barranco de Argualas. Así lo ha podido saber ahora este diario de testigos oculares, quienes afirman que no veían unos desprendimientos tan grandes desde hace más de doce años.
Esta zona del Pirineo es protagonista de frecuentes avalanchas durante la época invernal. El año pasado, por ejemplo, la carretera de acceso al balneario se cortó dejando a 50 personas aisladas durante una semana de febrero.
Como medida de prevención, el Club Montañeros en Acción ha solicitado al Justicia de Aragón que «arbitre las acciones necesarias para garantizar la seguridad». Y ha presentado al consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, un recurso de alzada por «el peligro que para las personas y bienes» existe ahora mismo.
El presidente de Montañeros en Acción, Pepe Racaj, advierte sobre la reapertura. Más aún cuando se ha incumplido el Plan Especial de Protección y Rehabilitación Integral del Balneario de Panticosa (Pepri) aprobado en su día por el ayuntamiento, que obligaba a la empresa Aguas de Panticosa, filial de Nozar, a garantizar la seguridad de los usuarios de cualquiera de las instalaciones frente a los aludes.
El sistema elegido fue una barrera de paraguas a lo largo de 13.500 metros lineales, cuyo coste rondaba los cinco millones de euros. Una estructura que debía ejecutar Nozar-Grupo Inmobiliario y debía estar terminada en el 2008 con la colocación de 3.537 estructuras. Pero la crisis inmobiliaria golpeó directamente a la empresa, la cual paralizó la obra con solo 316 estructuras montadas de las mil previstas para el 2007. Y ya no se han retomado.
No obstante, Medio Ambiente prorrogó la autorización de continuar con las obras hasta finales de diciembre del 2010. Una acción muy criticada por Montañeros en Acción dada la situación del balneario. No obstante, el club nunca ha visto con buenos ojos esta solución por el fuerte impacto paisajístico.