Fue un acto de reconciliación tras un divorcio institucional que ha durado más de diez años y que mantenía bloqueada la operación. Parece que Aramón y Benasque aceptan la custodia compartida de Cerler tras su mediático divorcio.
El convenio firmado tras año y medio de negociaciones no cierra la polémica, pues amplios sectores del valle siguen siendo críticos con la empresa semipública de Ibercaja y el Gobierno de Aragón. El alcalde de Benasque insiste en que no se ha liberado a Aramón del cumplimiento de la normativa vigente, el Plan Parcial de la Urbanización de Cerler, con más de 40 años de antigüedad, “pero se le han facilitado herramientas para adaptar el proyecto a la situación actual del mercado inmobiliario.
Según el consistorio, el convenio obliga a Aramón a la realización de un vial de acceso valorado en 3 millones de euros, la traída de aguas desde Remascaro, con un coste de 11 millones o la depuradora valorada en otro millón. Para la oposición municipal, el convenio soslaya varias de estas obligaciones. A este respecto, Abadías apuntó que “a lo mejor no es esta empresa la que ejecuta esas obras, sino que lo hace directamente el Gobierno de Aragón”.
En la puesta en escena de la reconciliación estaban presentes Antonio Gericó, director general de Aramón; Agustín Lalaguna en representación de Ibercaja, Gabriel Mur, director de Aramón Cerler, concejales de Benasque y el presidente de la Asociación Turística del Valle de Benasque, José María Ciria.
El acuerdo facilita un desarrollo del suelo por fases para que la primera unidad de ejecución y su capitalización puedan facilitar la segunda unidad, que avanzaría al ritmo que se vendan las parcelas. Para la oposición, esto es “urbanismo a la carta”.
Para la consejera Gastón, el convenio “conlleva el fin de una etapa enquistada de más de una década que se ha traducido en un compromiso viable que se adapta a la situación actual sin dejar desprotegidos los intereses del valle de Benasque”.