Pese a que la Generalitat soporta una inmensa deuda pública y no paga, por ejemplo, a las farmacias, Mas se lanza a nuevas aventuras
El ejecutivo que preside Artur Mas ha salido al rescate de las estaciones de esquí y se va a convertir en un competidor “privilegiado” en este sector turístico. Esta polémica decisión se ha tomado cuando la deuda total de la Generalitat de Catalunya supera los 65.000 millones de euros, los presupuestos autonómicos para 2015 tienen un desfase del déficit, se le reclaman 2.000 millones por “deuda política” al Gobierno y los agentes sociales y las farmacias piden a la Generalitat el pago de recursos atrasados.
Desde los empresarios del sector turístico de la nieve, que emplean a más de un millar de personas en las estaciones de esquí catalanas del Pirineo, se ha recibido con un doble sentimiento de recelo y satisfacción la decisión de la Generalitat catalana de “salvar” las cuentas deficitarias de la estación de esquí leridana de Boí Taüll.
Recelo porque la Generalitat al intervenir en las cuentas actuará como un operador del sector turístico de la nieve en una posición de competencia desleal respecto de las estaciones de esquí que son exclusivamente privadas del Pirineo francés, el resto del Pirineo español y de las estaciones de Andorra.
Satisfacción porque, por otra parte, serán los impuestos de todos los catalanes los que “salven” a las estaciones que, sin las ayudas públicas, no podrían sobrevivir y acabarían aumentando las listas del Pirineo del sector.
La última intervención de la Generalitat ha sido la aprobación de la compra, a través de la empresa pública catalana Avançsa, de los activos de Promocions Turístiques de la Vall, que gestiona la estación de esquí Boí-Taüll, en Lleida, y asumir el crédito de 7,3 millones y aportar otro millón para la compra de otros activos necesarios para asegurar su actividad.
Desde la oposición política en el Parlamento autonómico no se acaba de entender muy bien la intervención pública de la Generalitat en un sector que debería ceñirse exclusivamente a la gestión privada. “Estamos de acuerdo en que se cree un marco legal para mejorar las condiciones del sector, pero que la Generalitat se convierta en un operador turístico que compite directamente con empresas privadas de gestión del turismo de esquí parece algo impropio cuando miles de farmacias reclaman el cobro de facturas pendientes y agentes sociales catalanes se quedan sin recursos públicos”, afirma un empresario del sector de la nieve en Lleida.
El gobierno catalán asume un crédito de 7,3 millones
Con la intervención de la Generalitat en Boí Taüll, la sociedad pública Avançsa asumirá el crédito que Promocions Turístiques de la Vall tenía con el Institut Català de Finances por un importe de 7,3 millones, cantidad a la que se suma la compra por valor de 1 millón de otros activos necesarios para mantener la actividad de la estación.
Según el departamento de Empresa de la Generalitat, que dirige Felip Puig, la operación permitirá mantener la actividad en las instalaciones, ubicadas en la comarca de la Alta Ribagorça y la totalidad de los puestos de trabajo. Promocions Turístiques de la Vall se encargará de la gestión de la estación durante los próximos cinco años, a través de un contrato de arrendamiento que incluye la opción de compra al finalizar el período.
Avançsa y Promocions Turístiques de la Vall se comprometen a elaborar un plan de negocio con inversiones de mantenimiento en la estación durante los próximos cinco años con el objetivo de modernizarla.
Boí Taüll, entró en concurso de acreedores
Boí Taüll se había convertido en un problema crónico del sector. Entró en concurso de acreedores en abril de 2012, incapaz de hacer frente a una deuda que ascendía a 40 millones de euros. Tras una tensa negociación, logró un convenio a final de año que hizo pensar en el reflote de la firma. No obstante, los problemas de liquidez persistieron. Desde que superó la suspensión de pagos ha necesitado financiación pública. La desastrosa gestión ha llevado a los sindicatos a protestar en varias ocasiones por los retrasos en las nóminas.
Con esta compra, la Generalitat se consolida como el principal operador de nieve en Cataluña al sumar 42 kilómetros de gestión de nuevas pistas de esquí con un total gestionado por la Generalitat que asciende a 190 kilómetros. El Gobierno catalán tenía hasta la fecha seis estaciones de esquí bajo su tutela: La Molina (con 61 kilómetros de pista); Port Ainé (30 kilómetros); Espot (28 kilómetros); Valter 2.000 (10 kilómetros) y la estación de esquí de la Vall de Núria (7 kilómetros).
El segundo operador del turismo de nieve en Cataluña es Baqueira Beret (la estación de esquí del Valle de Arán), con 120 kilómetros de pistas de esquí. Tras ella, se sitúa La Masella con 76 y Port del Compte con 50. La Generalitat tiene el 46% de los kilómetros esquipables en la comunidad autónoma bajo su control.