Han tenido que pasar 20 años, una crisis y una imposición de Chunta Aragonesista al ayto. de Zaragoza (esto último, determinante) para que consigamos la disolución del Consorcio de la Candidatura Juegos Olímpicos Zaragoza-Pirineos 2022.
Atrás quedarán, como puras anécdotas, las anteriores candidaturas llenas de gazapos, o más bien errores garrafales, como pretender poner una pista de bobsleig en la Peña Oroel, o falsificar las temperaturas medias de la zona. Pero el dinero gastado no nos lo devolverán. Ni veremos llegar a más turistas «porque estas candidaturas han puesto a Jaca en el mundo». Siempre se supo que las distintas candidaturas eran inviables, que nos faltaba montaña, hoteles, infraestructuras para albergar dicho evento. Y lo más importante: deportistas preparados desde la base para llegar a la élite. Aunque los hubiéramos tenido, las ciudades donde se han realizado olimpiadas blancas nos han demostrado que es un evento deficitario y que incide negativamente en el frágil medio de la montaña. Hasta el punto que el COI se planteó la posibilidad de hacer las olimpiadas de invierno en una misma localidad todos los años.
Los tiempos están cambiando. Chunta Aragonesista, en el pleno del ayto. de Jaca de Marzo, votó a favor, aprobando un hecho simbólico de esta realidad: al disolverse el Consorcio Olímpico, queda atrás una etapa, la etapa en la que en Jaca se quería hacer soñar a la gente con una olimpiada de invierno. El sueño olímpico fue un error. Un error histórico, de décadas. Un error calculado, eso sí, en el que algunos promotores inmobiliarios han hecho negocio a corto plazo, algunos vividores han gozado de sueldos, viajes, comidas, coches y dietas a discreción (comisiones y sobornos inconfesables y debidamente indemostrables aparte).
Pero la fiesta se ha terminado. Ahora hay que volver al trabajo. Tenemos una enorme oportunidad para hacer de la Jacetania una comarca puntera en economía verde. Energía solar, depuración de aguas, turismo ecológico, productos de la tierra, ganadería implicada en la gestión de los espacios naturales…son todos, y muchos más, sectores de la nueva economía verde, aún por desarrollar, pero que van a ser foco de interés para los inversores europeos. Captar esas inversiones para actividades realizadas en nuestro municipio y comarca, que son generadoras de empleo estable debería ser la primera tarea a la que se aplicasen nuestros equipos de gobierno en el ayuntamiento y la comarca, la máxima prioridad. Son éstos los tipos de actividades que van a sacar a Europa de la crisis. Austria ya prevé que el 100% de la energía que necesitan va a ser renovable.
Olvidémonos del antiguo modelo. No necesitamos una olimpiada, pero tampoco ser el octavo dominio esquiable del mundo y el de menos nieve. En un contexto de cambio climático en que las temperaturas no dejan de subir y las innivaciones bajar, no apostemos a un caballo enfermo. Apostemos por la economía verde, la gran oportunidad de Jaca.