Aragón impulsa cerca de lleida la mayor estación de esquí de españa

Será, aseguran sus promotores, la mayor estación de esquí de toda España. Estará muy por encima de los 108 kilómetros de pistas que ahora tiene el complejo catalán de Vaquèira-Beret y de los 103 de los que dispone la granadina Sierra Nevada. E incluso de su vecina Formigal, que ofrece 137 kilómetros esquiables. La estación de montaña de Cerler, en Huesca, duplicará su actual superficie balizada, hasta superar los 146 kilómetros de pistas, con la ampliación del dominio hacia el collado de Basibé y el alto de Gallinero.
Con esta operación –que empezará a desarrollarse a partir del 2010– el complejo invernal propiedad del grupo empresarial Aramón crecerá hasta situarse hasta a poco más de 25 kilómetros de distancia del límite con la provincia de Lleida. El objetivo es claro: captar clientes catalanes. Así lo admite la compa-
ñía, que está participada al 50% por el Gobierno aragonés e Ibercaja. También, aunque ya en menor medida, pretende atraer a valencianos y franceses. Con la ampliación prevista, las instalaciones de Cerler ocuparán terrenos del valle de Castanesa, en el término municipal de Montanuy, que linda con El Pont de Suert (Alta Ribagorça).

DESDE BARCELONA Y LLEIDA
El remonte para acceder a las futuras pistas estará situado en el pueblo de Fonchanina, situado ahora a unos 25 minutos de viaje de El Pont de Suert, por una ruta serpenteante de la carretera N-260, que, a buen seguro, el Gobierno de Aragón presionará para que sea mejorada. La titularidad de la vía es del Ministerio de Fomento, que ya ha empezado a construir –de momento en las proximidades de Lleida– la autovía A-14, que unirá la capital del Segrià con Francia, a través de esta zona de la Ribagorza y el Vall d’Aran. La entrada a Cerler por esta nueva puerta tendrá, pues, un acceso inmejorable desde Barcelona y Lleida.
El proyecto de ampliación de Cerler busca, además, ganar altitud para poder asegurar nieve para la práctica de esquí a principios y finales de temporada. La expansión supondrá disponer de 317 hectáreas de dominio esquiable, con 70 nuevos kiló-
metros de pistas, que se sumarán a los 76 ya existentes. Habrá 107 pistas y 54 remontes, con capacidad para transportar a 46.180 personas por hora. Los aparcamientos para los usuarios se levantarán en los distintos núcleos habitados.
La clave para financiar la operación es el desarrollo de nuevas urbanizaciones residenciales en terrenos situados a pie de pistas. Hace tres años, cuando se empezó a hablar de este proyecto, se lanzó la estimación de 1.900 viviendas. En el 2006, Ara-
món planteó construir 2.300 viviendas y más de 3.500 plazas hoteleras. Pero hoy en día la propuesta asciende ya a unas 4.000 nuevas casas. El pasado 11 de diciembre, el proyecto recibió el primer visto bueno del Consejo de Ordenación del Territorio de Aragón, con la declaración de interés supramunicipal.
Las obras de ampliación han de empezar antes de finales del 2010, según establecen los acuerdos de alquiler de terrenos firmados durante estos últimos años con los vecinos de la zona. De ahí que el proyecto haya tomado velocidad de crucero.

CUATRO SECTORES
Además de la ampliación hacia el valle de Castanesa, la estación también se extenderá hacia el denominado sector de Ardo-
nés, al que solo se podrá acceder esquiando. Esta será la zona más elevada de la estación y también la de mejor orientación, lo que permitirá a Cerler disponer de nieve suficiente para la practica del esquí desde el principio de temporada.
Un tercer sector será el de Isábena, que tampoco tendrá acceso rodado ni de aparcamiento y quedará conectado al actual dominio esquiable de Cerler y al nuevo sector de Castanesa. Finalmente, aunque mucho más adelante, se prevé incorporar también el sector de Aneto.

Todo sea, como afirma la compañía, para que la estación de Cerler sea capaz de competir con los principales destinos de esquí de toda España e impulsar el desarrollo socioeconómico de los municipios ubicados en la Ribagorza Oriental y el valle del Isábena, que hasta ahora apenas se han beneficiado de este dominio blanco a pesar de su proximidad.
El caso es que, mientras la mayoría de las estaciones de esquí que alberga el Pirineo catalán –salvo contadísimas excepciones– tienen que hacer auténticos equilibrios financieros cada final de temporada blanca para que los números cuadren, los complejos aragoneses siguen haciendo planes para atraer a más y más clientes. Evidentemente, eso no sería posible sin el apoyo incondicional que les brinda su Gobierno autonómico.


«Lo han comprado todo, solo han dejado las casas», afirma un jubilado de Fonchanina

 Rafael Casal señala la zona donde se ubicará el remonte, el miércoles, en Fonchanina. Foto:  RAMON GABRIEL
Rafael Casal señala la zona donde se ubicará el remonte, el miércoles, en

Sentado al sol en el poyo de su casa, Rafael Casal se medio sobresalta cuando ve aparecer un todoterreno negro para él desconocido. Su primera reacción es pensar que se trata de un grupo de excursionistas despistados. «Aquí se termina la carretera. Más allá ya no hay nada. Solo montañas y montañas», explica a los visitantes. Efectivamente, después del pueblo, ya solo se ven montañas y unas yeguas pastando.

Un cartel colocado sobre el muro exterior de una vivienda, con el nombre de Fonchanina en letras blancas sobre fondo azul, confirma a los dos desconocidos que no se han equivocado. Rafael les cuenta que está solo en la aldea porque su hijo ha ido a comprar a Castanesa, la población que da nombre al valle. Él tiene 80 años y ha vivido toda su vida en ese rincón del Pirineo oscense, arropado por el silencio y las nieves en invierno. Le hace gracia saber que los dos extraños no son excursionistas, sino periodistas. Y decide acompañarles en la visita.

TERRENOS COMPRADOS
El vecino asegura que no conoce demasiado el proyecto de ampliación de Cerler, pero sabe indicar dónde se instalarán los soportes del futuro remonte de Fonchanina, que unirá el ahora pueblo de dos habitantes con las pistas de esquí. «Al lado de casa tendremos la primera torre y luego colocarán otras seis para llevar a la gente hasta lo alto», relata mientras traza con su bastón una línea imaginaria en el aire, que une una huerta con el punto más elevado del pico de Basibé. «Los coches no llegarán hasta aquí porque construirán un aparcamiento abajo», dice.
¿Y los terrenos? ¿Son ya suyos? «Sí, lo han comprado todo. Solo nos han dejado las casas», protesta el anciano, que vive de la ganadería, junto con su hijo. A diferencia de lo que ocurre en Los Monegros con el macroproyecto de casinos y parques temáticos de Gran Scala, parece que no habrá problemas para encontrar suelo. Más complicado será el trámite medioambiental. Aramón reconoce que el impacto de la ampliación será relevante porque la expansión afecta a los circos glaciares de Basibé y de Tous, donde habitan varias especies protegidas.

 

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