Si las previsiones se mantienen como hasta ahora, las estaciones de nieve de todo Aragón abrirán sus puertas entre el último fin de semana de noviembre y el puente de la Constitución. Es lo que prevén lo responsables de las siete instalaciones repartidas por la Comunidad. El buen tiempo de los últimos meses no ha hecho más que acelerar los últimos trabajos y la puesta a punto para que las estaciones aragonesas vuelvan a recibir este invierno a miles de esquiadores en una nueva temporada de nieve.
En concreto, más de 1.500.000 aficionados pasaron el invierno pasado por alguna de las estaciones de esquí de la Comunidad. Una cifra que esperan superar este año, si la climatología lo permite.
«La temporada de invierno del año pasado supuso un impacto económico de más de 150 millones de euros en las zonas de las estaciones, de los cuales un 80% se convirtieron en ingresos para los negocios locales de los valles», explica la responsable de prensa del grupo Aramón, que aglutina las estaciones de Cerler, Formigal, Javalambre, Panticosa y Valdelinares.
La mayoría de las pistas aragonesas han experimentado un aumento de visitantes en los últimos años. En Candanchú ese aumento ha venido ligado a un cambio de tendencia. «Por el momento, hemos vendido un 22% más de abonos de temporada que el año pasado, y también hemos percibido un notable incremento de familias numerosas y visitantes aragoneses, aunque todavía no llega a superar el porcentaje de vascos y navarros -que junto a madrileños y catalanes representan cerca del 80% de los visitantes-«, explica Antonio Bentué, responsable de prensa de Candanchú. Por esta estación pasaron el año pasado unos 200.000 esquiadores.
Según datos del Gobierno de Aragón, cada año, la temporada de nieve genera más de 1.000 empleos directos y unos 12.000 indirectos. En Teruel, con una oferta de nieve menos potente que la del Pirineo, están apostando por la mejora de las instalaciones para sacar partido a sus dos estaciones. Juan Ciércoles, presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de Teruel asegura que aunque los resultados de la pasada temporada no fueron muy positivos hay que seguir apostando por este tipo de turismo. «Además de la ampliación de Valdelinares, estamos luchando por mejorar los accesos a las pistas para mejorar la productividad».
Astún también ha optado por acondicionar sus accesos por carretera, pero todas sus energías han ido dirigidas a cambiar la visión de la restauración en las pistas. «Hemos querido mejorar la oferta gastronómica y cambiar el concepto de que en las estaciones solo se comen bocadillos», explica Andrés Pita, responsable de prensa.
Novedades en las instalaciones
La ampliación de Valdelinares y la nueva pista de Panticosa son dos de las principales novedades que el grupo Aramón ha llevado a cabo para esta nueva temporada.
En el caso de la estación turolense abrirá en unas semanas con tres nuevas pistas, 52 cañones de nieve, un nuevo telesillas y 14 kilómetros esquiables, lo que dobla la distancia disponible hasta ahora. En la estación de Panticosa, por otro lado, se ha creado la pista ‘Estrimal’. El nuevo espacio permitirá pasar de una cota de 1.500 a 1.145 y contará con una nueva vía de acceso desde la pista hasta el municipio.
«Estamos ultimando las novedades y preparando, entre otras cosas, el 50′ aniversario de la estación de Formigal», explican fuentes de Aramón.
Candanchú, por otro lado, ha instalado varios circuitos para practicar esquí de montaña y ha creado un aparcamiento VIP con acceso sin filas al remonte. Además, para cubrir la demanda del creciente turismo familiar, ha ubicado en la zona lúdica, trineos, hinchables y motos de nieve.