El vicepresidente aragonés y presidente del PAR, José Ángel Biel, no ocultó ayer que la elaboración de un proyecto de Ley de la Montaña no le gusta. Y no es que se opusiera frontalmente a la idea (como ya ha hecho antes), es que ironizó sobre el paso dado ayer por su socio de Gobierno y presidente autonómico, el socialista Marcelino Iglesias, para crear un grupo de trabajo que elabore, mediante consenso social, este texto. «Estamos en la fase de las musas, y pasar de las musas al teatro tiene su complicación», comentó con guasa.
La Ley de la Montaña vive en un permanente atasco desde la primera legislatura del PSOE-PAR, en 1999. Objeto de sucesivos compromisos políticos, no ha visto la luz en nueve años, salvo un proyecto frustrado en el 2001. En el 2006, Biel anunció que no habría ley, sino directrices parciales del Pirineo. Aunque poco después Iglesias aseguró que no había renunciado a este texto regulador.
Lo cierto es que Iglesias se reunió ayer con representantes de la Plataforma en Defensa de las Montañas y de la Asociación de Entes Locales del Pirineo Aragonés (ADELPA) en un encuentro al que asistieron el consejero de Política Territorial, Rogelio Silva, y el director general de Participación Ciudadana, Ignacio Celaya. Esa reunión sirvió para activar un grupo de trabajo que intentará elaborar, con el mayor consenso social posible, el polémico proyecto de ley, incluido en las cien medidas del PSOE-PAR.
«Que yo sepa, no se ha aprobado la ley», apuntó Biel al respecto de esta decisión. «Ahora sale un grupo de trabajo que se va a dedicar a esto. Cuando se vea algo, ya fijaremos posición», añadió. Eso sí, aseguró que, personalmente, sigue opinando «que el tema es complicado», y dijo también que la reunión de ayer es «un buen acto de voluntad». Por si el voluntarismo no fuera suficiente, el vicepresidente ironizó, dejando ver claramente que no le agrada mucho la idea de legislar esta materia: «Pasar de las musas al teatro tiene su complicación; estamos en el nivel de las musas, que son esenciales y tienen que pillarnos trabajando».
Estas declaraciones se producían casi a la vez que comenzaba la reunión entre Iglesias y los ecologistas y municipios afectados, en la que el presidente encargó la constitución de una mesa de diálogo para saber si hay posibilidad de acuerdo en los conflictos de la montaña. Este grupo de trabajo, informó la DGA, debatirá durante un año «sobre el modelo de desarrollo para la montaña, el alcance y contenidos de la futura Ley de Comarcas de Montaña y las posibilidades de acuerdo en conflictos concretos».
El presidente se comprometió a informar al Parlamento de los resultados de este debate.