Publicada el 15 de enero de 2014 por archivo
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¡Oh, cielos¡ Ayer, hablando del trasvase del Ebro, me patinó la neurona y llamé corrupto
a Camps, el valenciano, cuando quería aplicar tal calificativo a Matas, el mallorquín. ¡Vaya confusión más tonta! Los lectores más avisados captaron el lapsus y bromearon a mi costa. ¿En qué estarías pensando, Tribulete? ¿Quizás en los mil y un proyectos, tan caros como demenciales, que convirtieron a la Comunidad Valenciana en el más fabuloso exponente de la política de escaparate? Quizás. Vaya cabeza de chorlito.
Pero hablamos de política de escaparate, y en Aragón también sabemos de eso. La venta por parte de las instituciones de proyectos delirantes ha sido habitual en los últimos lustros. Después de cosechar fiasco tras fiasco (desde la industrialización de las cuencas mineras hasta la fábrica de avionetas de Villanueva, desde Plaza Cargo Aéreo hasta los vuelos subvencionados en el aeropuerto de Huesca, desde el polígono de Mallén hasta Gran Scala), aún cargamos con acciones de gran calado y enormes inversiones como la consabida Motorland (cuya última guinda es esa curiosa minifábrica de coches eléctricos), el aeródromo de Caudé o la endeudadísima Aramón (anoten el pufo de Castanesa). Solo cabe pedir a los dioses que no lleguemos a comernos más marrones de ese tipo. Y ahí es cuando interviene la principal virtud de nuestra presidenta, doña Luisa Fernanda Rudi. Dada su aversión a entrar en materia, hacer cosas y desarrollar programas no es fácil meterla en barullos. Sean buenas o malas las propuestas, ella prefiere dejarlas enfriar (salvo cuando se ha lanzado a comprar la colección de arte de Pilar Citoler). A veces es lo mejor que se puede hacer.
El domingo me enteré por este diario de un proyecto para instalar en Caudé un ecoparque aeroespacial que me dejó patidifuso. El plan, peculiar y rimbombante, tiene todas las características de la quimera psicodélica. Aunque, tampoco voy a desautorizarlo sin más. Por fortuna, la DGA está quieta en la mata. Bastante tiene con deglutir los regalitos que se trajo el PAR bajo el brazo. Anda que…
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